Quiero.

Quiero conocerte, darte el tiempo que siempre mereciste pero por obstinada jamás te regalé.

Quiero conocerte y que me conozcas, decirte en voz alta lo que ya entendiste en mis silencios.

Quiero compartir la desnudez contigo y sin quitarnos la ropa.

Quiero escucharte hablar por horas, contar las pausas de tus labios que sonríen a medias.

Quiero besar tus lunares… quiero besar tus defectos, quiero besarte en silencio.

Quiero que en silencio recuerdes mis besos.

Quiero.

Sin etiquetas.

Tú no me conoces, aunque siento que nadie lo hace en realidad. Llevo una vida corriendo a todas partes, sin dirección. A veces puedo parecer tibia, pues cambio de rumbo, muchas veces sin sentido. No se lo que quiero, aunque me lo pregunte todos los días, aún así siempre me hiciste querer escuchar una siguiente canción. No se relajarme, pasan muchas cosas en mi cabeza mientras guardas silencio. No se cuestionarte, nunca tuve nada que preguntar, porque todo parecía muy claro, sin explicaciones, sin horarios, sin etiquetas. No soy de las que saben sentarse a esperar y no supiste correr conmigo. Así se enfrió esta historia sin principio, sin sentido, que no es historia, que solo es un eco de tu aliento y del olor de tu loción. No soy de las que se despiden, por eso solo te diré gracias por tomar mi mano esa última vez.

Ya puedo verte. 

Son las 2:30 de la mañana y mi mente no me deja descansar. Pero si escribes todo lo que te dicte muy probablemente puedas dormir. ¿Quién eres? ¿En donde estás? Niña, si no puedes verme es que aún no es tiempo. ¿Tiempo de que? Tú sabes de qué hablo. No, no sé, pero dime cómo puedo dormir. ¿Que te dice tu mente justo ahora? Tantas cosas, de la vida, de las personas, de mi. Si te lo dice es porque no quiere que lo olvides, escríbelo, veras que te ayudará a dormir. 
No entiendo muchas cosas, de la vida y siento que cada día que pasa entiendo menos. Eso es parte de crecer, debes darte cuenta que nada es como lo imaginabas. Pero las personas se han hecho un misterio para mí. Para todos, pero ¿porque dices eso? Porque no siento compartir la mentalidad de nadie, es difícil que pueda hacer amigos o pertenecer a un grupo, todo cambio. Sí, tienes razón, todo cambió, incluso tú, dime ¿eres feliz? No. ¿En serio? Bueno sí, pero a un nivel estándar. Entonces eres mucho más feliz que antes. ¡Claro que no! Ahora conoces mucho más de la maldad de las personas, mucho más de la realidad del mundo ¿cierto? Sí. Entonces si puedes decir que eres feliz sabiendo todo eso.. eres más feliz que antes. Tienes razón, pero me siento sola, atrapada, incomprendida, vacía… No desesperes, la tranquilidad llegara a tu vida, no volverás a sentirte sola, no volverás a sentir que debes ocultar tu cuerpo porque no es perfecto, no volverás a sonreír si no quieres hacerlo, no volverás a tratar con quienes no quieres, no tendrás que maquillar tus ojeras, nadie criticará tu forma de vestir ni tus kilos de más, ni volverán a pensar que eres estúpida cuando guardas silencio porque no sabes de qué hablar. ¿Cuándo? Cuando puedas verme. ¿Cuándo será eso? Cuando bajes de ahí. 
Ya puedo verte. 

Ashley W. 23 años. Estudiante.                Causa de muerte: Suicidio por ahorcamiento. 

Lorena.

Esto lo escribí hace casi medio año, no tenía planeado subirlo porque es algo diferente a lo que normalmente escribo y no creo que sea mi mejor historia, pero en fin, aquí lo tienen, gracias por leer y por sus críticas.


Hola, querido amigo, se que no me conoces y que tal vez no te importe mi historia, pero puede ser que esta sea la única forma de que alguien conozca la verdad, puede ser que así mi alma se quede tranquila.
Era el cumpleaños de mi prometido, Julián, me había propuesto matrimonio hacía a penas un mes, su familia tienen una hacienda y decidió festejarlo allá. La fiesta no fue muy grande pero asistieron todos nuestros conocidos y la familia de Ernesto que cuidan del rancho. Recuerdo que en el transcurso del día platiqué un poco con Rebeca, la mujer de Ernesto, estábamos sirviendo la comida cuando se le cayó un plato, se apenó mucho y me contó que llevaba varias noches sin poder dormir pero cuando le pregunté por qué no me quiso decir nada, noté que se puso algo nerviosa.
– Cierre bien las puertas cuando se vayan a dormir, señora. – dijo Rebeca justo antes de seguir sirviendo como si nada la comida a los invitados.

Aunque su consejo me extrañó, decidí no hacerle mucho caso pues imaginé que no dormía por atender a sus cuatro hijos. La fiesta transcurrió sin problemas, todos bailamos, comimos, bebimos y sobre todo disfrutamos. Estaba tan contenta de hacer mi vida al lado de Julián, él lo era todo para mi, toda la velada pensé que era una de las miles que compartiríamos en nuestra vida.

Ya estaba haciéndose de noche y los invitados comenzaron a despedirse, pues también se había nublado y nadie quería manejar en una noche lluviosa. Marina, una prima de Julián que vive en el extranjero estaba de visita con su esposo y sus dos hijos, estaba muy preocupada porque su marido no conoce bien la carretera y para evitar riesgos los invitamos a quedarse a dormir en la hacienda. La hacienda es bastante grande, la casa de Ernesto y Rebeca está al fondo cerca de los establos y la casa principal en donde fue la fiesta tiene varios cuartos que son muy espaciosos, cada uno tiene varias camas y su propio baño, así que a Marina le pareció perfecta la idea, mandamos a los niños a dormir y nos quedamos conversando y contemplando la lluvia unas horas.

No nos dimos cuenta y de la nada ya eran las 3 de la mañana, así que nos despedimos y quedamos de desayunar en el pueblo cercano a la mañana siguiente, de camino a nuestras habitaciones notamos que en la casa de Ernesto aún tenían las luces encendidas, nos extrañamos un poco pero Julián nos dijo que a Rebeca le gusta tejer en las noches y sin más llegamos a nuestra habitación y caímos rendidos.

No había pasado mucho tiempo desde que me acosté pero algo me despertó de golpe, me senté en la cama y me acerqué el vaso de agua que tenía en la mesa de noche pero al dar el primer sorbo escuche un grito, sonaba como una mujer llorando y lamentándose, me horroricé e intenté despertar a Julián pero medio dormido me dijo que eran los gatos del rancho, pero los gritos no cesaban así que decidí salir a ver que era, salí de la habitación y me asomé por la ventana, noté que las luces de la casa de Rebeca ya estaban apagadas, caminé por el pasillo siguiendo los horribles gritos, estaba justo frente a la puerta principal y los escuchaba como si estuvieran del otro lado, eso definitivamente no era un animal, me quedé paralizada de escucharlos tan cerca, sentí como un escalofrío recorría mi espalda, reaccioné cuando vi que la perilla estaba girando, corrí hacia mi habitación y cerré la puerta con seguro, entre gritos de pánico intenté despertar a Julián pero no reaccionaba, de pronto escuché como golpeaba la puerta de nuestra habitación, tomé un rosario que me había regalado mi abuela, abracé a Julián, cerré los ojos y comencé a rezar, de pronto los golpes y gritos se detuvieron, pero no paré de rezar, abrí los ojos y la vi, una mujer de mi misma estatura, no había nada malo con su aspecto de no ser por su ropa gastada y sus ojos, ojos que a pesar de oscuros brillaban en la oscuridad, estaba de pie justo al lado de nuestra cama, pero no me estaba viendo a mi, sino a Julián, la empujé con todas mis fuerzas, del golpe la aruñé y fue hasta entonces que me postró sus ojos en mi.

Desperté en una habitación de hospital, lo primero que vi fue un oficial de policía y a un doctor, el oficial no paraba de hacerme preguntas sobre la noche anterior, pero no sabía muy bien que contestar.
– ¿Donde está David? – me preguntó el oficial
– ¿El hijo de Marina? no sé, la verdad es que no recuerdo mucho de anoche
– ¿Anoche?, señora, usted está aquí desde hace una semana – intervino el doctor – Oficial Campos, tendrá que regresar otro día, por lo que veo mi paciente está muy confundida y no quisiera frenar su recuperación.

El doctor despidió al oficial y pronto los dos salieron de mi habitación, no entendía nada de lo que estaba pasando, tampoco entendía donde estaba Julián o el por que cuando preguntaba por el nadie me contestaba, al poco tiempo llegaron mis padres, mi madre me abrazó casi llorando y me dijeron que me habían dado de alta que nos fuéramos a la casa, seguía sin entender por qué estaba yendo a casa de mis padres en vez de a la mía y de mi prometido.

Ya en casa de mis padres entré al baño de mi antigua habitación, al ver mi reflejo en el espejo quede pasmada, tenía rasguños en toda mi cara, en mi brazo derecho y parte de mi pecho.

– ¡Mamá! – grité desesperada, mi madre subió corriendo las escaleras y me preguntó que si que pasaba – ¿Qué me pasó? – le pregunté llorando

Mi madre me explicó que el hijo de Marina había desaparecido esa misma noche y que a mi me habían encontrado desmayada cerca de los establos, que en la ambulancia yendo hacia el hospital había contado lo que pasó pero todos asumieron que estaba alucinando por perder sangre, me contó que al siguiente día mi historia había sido desacreditada por Rebeca, quien dijo que ella jamás estuvo ayudándome a servir comida, que yo estuve haciendo eso sola toda la noche y que cuando analizaron la sangre que tenía en mis uñas era de David.

Lo que siguió de ese día fueron interrogatorios, citas, juicio y al final sentencia, nadie nunca creyó mi versión y la verdad es que no puedo culparlos, hoy enfrento la pena de muerte. Desde mi celda ya escucho sus pasos, sé que vienen por mi, pero la muerte ya no me da miedo, a lo que sí le tengo terror es a ella, ella que desde ese día regresa todas las noches y se para enseguida de mi cama, a veces llora o grita y a veces se burla de mi, creo que alguna vez la vi irse con un niño pequeño, muy delgado y pálido que aunque nunca puedo ver su rostro se que siempre está llorando, yo solo le ruego a Dios que ese no sea David.

Abrieron la puerta de mi celda, es hora, me voy.

– Lorena.

Hoy me cuida un ángel más en el cielo..

Hoy es el día de tu partida, pero no quiero escribirte cosas tristes, aunque me invade el dolor, hoy quiero compartir como yo siempre te ví.

Mujer que amó, amó a sus padres, a su esposo, a sus hijas, hermanos, sobrinos y nietos, amó sabiendo amar y también fue amada por todos y cada uno de ellos. Amó a Dios y él hoy la abraza.

Gracias por ser el más grande ejemplo de cómo se construye y se mantiene un hogar, una familia. Gracias por regalarle al mundo 3 mujeres bellas, talentosas y admirables, gracias porque cada vez que te busque sé que te encontraré reflejada en cada una de ellas, gracias por regalarme tanto de tu tiempo, de tus abrazos y de tu amor, gracias por siempre invitarme los domingos a misa, siempre admiré tu vida tan bonita cerca de Dios, gracias por enseñarme a quererme a mí misma y a evitar los malos comentarios, gracias por ayudarle a mi mamá cuando le daba tanta lata, gracias por tu bondad, gracias por ser tú, gracias por todo lo que me has enseñado.

Siempre fuiste una mujer que admiré, voy a extrañarte tanto, te voy a extrañar todos los días, hoy te despedimos, pero no te vas, tía, te quedas con todos nosotros, vamos a seguir adelante, extrañándote, recordándote, pero impulsados por tu ejemplo y sé que te haremos sentir orgullosa.

Descansa en paz, mi tía Choco, madre admirable, mujer hermosa, mujer completa.

Tú me enseñaste…

Son una gran cantidad de sentimientos los que me provoca mi ciudad, creo que como muchos, tuve que irme para aprender a apreciarla y ver lo realmente hermosa que es, incluyendo su gente, sobretodo su gente. 
Antes desaprobaba hipócritamente tantas acciones, como criticar y sentirte con todo el derecho de opinar acerca de la vida de los demás, cuando muchas veces cometí el mismo error. 
Hoy sigo cometiendo errores, he decepcionado a quienes me querían y aún sigo aprendiendo que jamás terminas de conocer a una persona, pero hay algo que siempre tengo presente y lo intento a diario, vivir dando amor y cariño, aunque te hayan lastimado, jamás actuar movido por el odio, eso termina mal y no sólo para ti sino para los que te rodean, casualmente es algo que me enseñó esta ciudad, en donde pueden lastimarte muchas espinas pero al final tendrás tu jardín lleno de rosas. 
Con el tiempo aprendes a valorar ciertas cosas, como el tiempo que pasaste con varias personas, ahora valoro mucho más el tiempo que paso con mi familia, con amigos que ya casi no frecuento, incluso el tiempo que me regalaron personas que ya no forman parte de mi vida, a todas estas personas las quiero igual, todas ellas pusieron un granito de arena para convertirme en la persona que soy ahora y me dieron tantas enseñanzas de vida que si en algún momento nuestros caminos se separan jamás podré decir nada malo de ellas y eso es lo más bonito que me enseñaste Obregón, que se puede amar y agradecer, aunque no siempre sea recíproco. 

Te quiero

Te quiero, por qué es fácil quererte, por qué contigo puedo perderme en sentimientos pero siempre me encuentran tus brazos.

Te quiero, por qué a veces es difícil quererte y entiendo que también a veces es difícil quererme, pero aun así me permites descansar en tu pecho.

Te quiero, por qué me despiertas con besos y me susurras «buenos días» al oído.

Te quiero, por qué cuando me sentía perdida me tomaste de la mano y me dejaste caminar contigo.

Te quiero, por qué cocinamos juntos y aunque casi echemos la cocina abajo, la comida siempre sabe mejor a tu lado.

Te quiero, por qué me das mi espacio, por qué aún a tu lado tengo libertad, aunque siempre prefiera pasar mi tiempo contigo.

Te quiero, por qué quieres a mi familia, por qué quieres a mis amigas y sé que sabes que conmigo es igual.

Te quiero, por qué detestas verme triste y haces de todo para que sonría una vez más.

Te quiero, por qué a tu lado aprendí a quererme…

Ya no sólo se quererte.

A ti, mi amor, te amo.

La belleza del amor.

Dicen que con el corazón roto se escribe mejor.

Hace ya algún tiempo un joven pasó al lado de un pequeño arbusto, se detuvo pues pudo ver el capullo de una rosa roja, quiso tocarlo pero se lastimó con las espinas, al ver esto la rosa se afligió y le dijo que de nada servía que le admirase, pues era la única rosa de todo el arbusto y ya se había acostumbrado a su soledad, le pidió que olvidara su existencia pues así lo había hecho ya el mundo entero y no quería que el joven se lastimara en vano. El joven se conmovió por las palabras de la rosa y entonces le juró que cada día que el pasara por ese callejón, se detendría para admirarla. Así pues el joven cumplió su palabra, pasaba horas admirándola y aunque la rosa no entendía mucho del por qué, lo disfrutaba, pues a pesar de que pensó que jamás pasaría, alguien por fin la amaba. Gracias al amor del joven, el capullo de rosa se convirtió en una rosa preciosa, de nada importaba que fuera la única del arbusto, pues su belleza era inigualable y el joven se lo hacía saber cada vez que podía. Pero entonces la rosa comenzó a molestarse con el joven, pues tenía celos de lo que él hacía cuando no estaba con ella, le hacía reproches sin parar hasta que el joven perdió las ganas de verla, así que la rosa, al ser olvidada, empezó a marchitarse. Un día otro joven pasó por el callejón y se acercó al arbusto, al ver esto la rosa quiso llamar su atención con su belleza pero se dio cuenta que el joven no estaba interesado en ella pues en el arbusto había otro capullo de rosa que prometía convertirse en una rosa mucho más preciosa de lo que ella alguna vez había sido. El joven al ver a la rosa marchita temió por la belleza del capullo y sin pensarlo dos veces la arrancó del arbusto y la tiró al suelo. La rosa, sola y destrozada, no entendía porque su vida había terminado así pues olvidó que lo que la hacía bella era que alguien le amase.

Buenos días.

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La mesa de noche está hecha un desastre, es lo primero que veo al despertar, eso y los rayos de sol que calientan mi habitación, será un día largo pero no tengo intenciones de volver a la cama pronto.

¿Soñé? ¿Qué fue lo que soñé? Por más que intente recordarlo no puedo, aunque esto ya no es algo nuevo, tal vez soñé con el mar, con sentir arena entre mis dedos, con el sonido de las olas, tal vez tu estabas ahí, tal vez compartimos una taza de café al despertar, tal vez caminamos por alguna avenida tomados de la mano, tal vez hicimos muchas cosas pero al despertar no las recuerdo.

Será que ya casi no me gusta dormir si no es contigo, será que no extraño recordar mis sueños, será que hace ya algunos meses espero a despertar para que el sueño comience a tu lado.

201

Tú dijiste que tomara tu mano al caminar para seguirte el paso, pero ¿sabías que aún me tiemblan las manos cuando saben que quiero tocarte?

He aprendido cosas nuevas contigo, que el día puede ser bello aunque esté nublado, que aun estando solos podemos reír hasta llorar, que hay una parte exclusiva en mi habitación para tus cosas, que aunque me enseñes mil veces no soy buena en el ajedrez, que tienes el súper poder de perder cualquier cosa que lleves contigo, que probar comida que no conozco no me va a matar, que no existe mejor abrigo para el frío que tus brazos, que cuando me abrazas al dormir el escuchar tu respiración me tranquiliza, que mi cama no se siente mía si tú no estás y es difícil despertar sin tu beso en mi mejilla.

Ya no importa que los vecinos se quejen del ruido ni de las risas porque en el 201 el amor tiene su propia habitación.

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